La mandarina, la fruta típica de Sicilia, conocida en todo el mundo por su intenso aroma y sabor dulce, es el ingrediente esencial de este exquisito licor.
Las mandarinas se pelan a mano para conservar los aromas y olores de los que la piel es muy rica.
Las pieles se infunden en alcohol puro durante unos días. Cuando la infusión está lista se filtra y se completa con la adición de agua y azúcar para obtener una solución hidroalcohólica de 30º.
El licor tiene un color rojo anaranjado; en nariz tiene un olor a mandarina muy penetrante; el sabor es pleno, suave con un intenso sabor a mandarina.
Se sirve helado en vasitos fríos y es excelente como digestivo; enriquece ensaladas de frutas, es un componente esencial de cócteles y bebidas con clase.
Grado alcohólico: 25°