Al ser una parte tan pequeña, el tarantello solo puede obtenerse de grandes atunes según técnicas artesanales transmitidas de generación en generación.
Está a medio camino entre el atún y la ventresca: es más suave que el lomo de atún rojo, sin llegar a la consistencia más grasa de la ventresca, de la que, sin embargo, no pierde su sabor. El aceite de oliva realza su sabor, haciéndolo aún más suave y sabroso.
Ideal como aperitivo aderezado con unas gotas de limón o como ingrediente clave en la preparación de una salsa o condimento.